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Metodología del entrenamiento del fútbol a través de dispositivos GPS

 

Profesor en Educación Física (IPEF Córdoba)

Entrenador de atletas de nivel internacional (logrando 14 podios mundiales

y medallas olímpicas. Consultor de federaciones y selecciones nacionales

Asesor de equipos de fútbol de Sudamérica y Europa

en el desarrollo de estructuras de entrenamiento y control

Prof. Cristian Iriarte

iriartecristian@hotmail.com

(Argentina)

 

 

 

 

Resumen

          En la preparación de un equipo de futbol de alto nivel se tiende a reflexionar sobre la base de un paradigma erróneo que lleva no solo a repetir los errores del pasado sino que impide la evolución del futbolista. Se desarrolla un análisis detallado de los limites del paradigma del pasado y se ofrece un nuevo paradigma sobre el cual se construye un modelo de entrenamiento basado sobre el control de las distancias recorridas a través de dispositivos GPS. Una metodología que no se limita a los componentes físicos sino que permite abordar todos los aspectos del rendimiento de n futbolista en situación de juego.

          Palabras clave: Individualización. Especificidad. Preparación global. Control.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 167, Abril de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Como primera medida debo aclarar que este artículo no pretende ser “la solución universal” de los problemas de la preparación física, pero tiene la finalidad de ofrecer un bagaje de información y conocimientos adquiridos a través del estudio y la experiencia profesional, poder compartirla con colegas que pueden encontrarlo útil. Si tan solo pudiera evitar a mis colegas repetir los errores que yo he cometido, el artículo ya será un éxito para mí.

    Trabajando como asesor de diversas disciplinas deportivas, he comprobado como han cambiado las metodologías y los enfoques de trabajo de los deportes, mientras en el futbol se muestra una inercia que impide o bloquea los cambios. No puedo identificar los factores que provocan esta “dificultad” pero el hecho concreto es que hay una resistencia a seguir la evolución de otras disciplinas que se vinculan de modo indirecto con el futbol como la fisiología, la biomecánica, la psicología, etc., etc.

    Luego de largos periodos de reflexión y análisis me he convencido que el modo mas “especifico” para entrenar a un futbolista es partir del “modelo de juego” y desde ahí intervenir sobre todos los aspectos de la preparación, que vinculan directamente con el “modelo de juego”; esto significa cambiar radicalmente el punto de vista y el focus de atención. En el análisis de la prestación, por ejemplo, no hago una comparación contrastante entre el perfil del jugador que debo entrenar y el perfil “ideal”, sino que tomo en consideración como primera referencia las exigencias que plantea el modelo de juego y de allí surgen los puntos sobre los cuales se debe intervenir para cada jugador, para el desarrollo o el control mas eficaz de las habilidades que permiten mejorar la prestación en competencia.

    *(cuando hago referencia al “modelo de juego”, no se refiere a los algunos autores explican en la “Periodización Táctica” de otros autores)

    Hasta hace pocos años, nosotros los preparadores físicos como método de trabajo, tomábamos como referencia el perfil ideal de un rol de juego e a partir de identificar los déficit (respecto a este parámetro) de los jugadores de nuestro plantel organizábamos los estímulos de entrenamiento.

    Yo parto del razonamiento que es prácticamente imposible, que resolviendo los déficit de cada futbolista consideremos ya resuelto nuestra obligación profesional, es mas pienso que este tipo de razonamiento es la causa principal que nos ha limitado pero que no podemos repetir ya en el Siglo XXI.

    Debemos ir mucho mas allá de este paradigma que nos “atrapo” por mas de 3 décadas y buscar nuevos parámetros y objetos de estudio e investigación, nuevos problemas probablemente, pero estoy seguro que en esta aventura podemos encontrar tantas respuestas a problemas que hoy nos parecen de difícil solución y, una vez que modifiquemos nuestra perspectiva de análisis con nuevos criterios de interpretación, comprenderemos que no son tan complejos y tienen solución.

    Cuando partimos de un análisis del “modelo de juego”, aun sin contar con datos precisos a nivel cuantitativo, pero sobre la base de una reflexión profunda que nos permita identificar como cada variable influye sobre las exigencias a que debe responder cada jugador, si pueden desarrollar estrategias de entrenamiento que sin dudas dan respuesta adecuadas a los diferentes “problemas del juego” y no solo a una parte del mismo. No se puede reflexionar solo sobre los aspectos que explican parcialmente el rendimiento de un jugador (fuerza reactiva, velocidad de reacción, potencia aeróbica, etc., etc.), y estar convencido que reduciendo los déficit funcionales, a través del entrenamiento, el jugador pueda mejorar al punto tal de garantizar un rendimiento “optimo”. No es así, es imposible que esto ocurra, se no se interviene sobre los cálculos de trayectoria puede ocurrir que el jugador sea “mas fuerte” pero, por ejemplo en un pase, puede ocurrir que lo haga corto o larga o demasiado fuerte, puede ser mas veloz el jugador pero no tiene claro la fuente de información en cada situación de juego por lo que su atención selectiva al no estar desarrollada puede ocurrir que responda “lento” a la llamada de fuera de juego, se no intervengo sobre los tipos de desplazamiento que requiere el juego, podría lesionarse porque no tiene el dominio coordinativo de las acciones de freno que son tan solicitadas en su “espacio de juego”. Esto son solo algunos ejemplos de cuantos elementos debemos considerar pero esta claro que debemos cambiar de perspectiva de análisis, alargar la visión y tratar de comprender una totalidad y no algunos elementos parciales de modo aislado y descontextualizado.

    Considero oportuno mostrar algunos puntos que nos pueden resultar útiles para comprender o mejor dicho para reflexionar acerco de todos los factores que influyen de una u otra medida sobre el rendimiento en competencia.

Principales factores que influyen en el rendimiento deportivo

    Es necesario aclarar que esta tabla nos muestra las diferentes dimensiones de un rendimiento deportivo, nos brinda la posibilidad de comprender fácilmente y por sobre todo comprender los diferentes niveles de intervención de modo de tener una idea clara de nuestros reales alcances profesionales.

    Uno de los problemas que, ha mi modesto entender, ha impedido la evolución del deporte en general y el futbol en particular es el hecho de circunscribir el ámbito de estudio y por ende de intervención sobre el potencial motor dejando en segundo plano o en muchos casos abandonando por completo otros aspectos que son cuanto meno de la misma importancia.

    Sin lugar a dudas que esto estuvo tremendamente influenciado por el impacto de otras disciplinas como la fisiología del ejercicio, la biomecánica y en la actualidad por la tecnología, que producen un estado de fascinación al ser atractivos, pero esto no justifica de ningún modo que continuemos en este error de interpretación y práctica profesional.

Jerarquía de los factores del rendimiento en futbol

    En el futbol no todas las capacidades tienen el mismo nivel de importancia, en este sentido es importante tratar de establecer un orden jerárquico de todas las capacidades o cualidades que nos permitan comprender con la mayor claridad posible como y cuanto influyen en el rendimiento y desde allí poder determinar un orden lógico de intervención a través de métodos y formas de entrenamiento que den las respuestas mas eficaces con los medios que tenemos a disposición. En el futbol de alto nivel las capacidades y otros factores vinculados se presentan en el siguiente orden jerárquico:

    Este orden jerárquico nos resulta útil para ir más allá y analizar como estas variables influencian el proyecto técnico del entrenador, cada sistema o filosofía de juego representa un desafío diferente para los jugadores. Un equipo que presiona alto para poder atacar el adversario mal posicionado necesita de diversas cualidades que un equipo que controla los espacios e se “cierra” en su campo para recuperar la pelota y luego construir un ataque a través de un juego colectivo con gran volumen de pases y buscando los espacios que no cubre el rival. Es muy importante saber decodificar e interpretar las diferentes exigencias en las diferentes áreas, perceptivo, técnico, táctico y físico. En la literatura técnica a este complejo se lo conoce como modelo o sistema de juego.

    Una vez que tenemos claro el sistema de juego como primer fuente de información desde donde emergen todos los requerimientos en cada área (procesos perceptivos, procesos d toma de decisiones, complejidad coordinativa de gestos técnicos, exigencias físico atléticas, etc.), nos sirve encontrar un elemento que os permita establecer parámetros cuantitativos y a partir de esto poder estructurar un programa con lógica desde el punto de vista metodológico, administrar la entidad de carga que se llevara a cabo en cada sesión de entrenamiento, en cada semana, en cada periodo de la temporada.

    Una prueba que hemos realizado es utilizar el control del esfuerzo realizado en entrenamiento a través la distancia recorrida en las sesiones de entrenamiento y/o competencias para adecuar los estímulos de entrenamiento en función de parámetros específicos de cada rol táctico.

    Este control de distancias recorridas se vincula a otros parámetros (percepción de esfuerzo, controles bioquímicos, etc.), nos permiten cuantificar y establecer una valoración del trabajo realizado en cada sesión de entrenamiento. Cuando somos capaces de establecer, con un nivel que nos es “exacto” pero de precisión aceptable, el “costo” o “impacto” de cada sesión de entrenamiento, estamos en condiciones de considerar el trabajo técnico táctico como una parte de un “total” que se debe cumplir cada día de la semana siguiendo un programa que nos permite llegar al partido en condiciones optimas. Esta “condición optima” no se refiere a la condición atlética, sino que hace referencia a que el jugador es capaz de realizar un trabajo táctico mas complejo, demostrar cada vez mejores índices de eficacia de las decisiones tácticas, mas racionalidad del esfuerzo, tener mayor control en la gestión de los diferentes momentos psicológicos del partido. Resulta evidente que para lograr todo esto cada jugador ha necesidades diferentes, un jugador puede tener falencias en la comprensión de algunos principios de juego, otro jugador comprende bien lo que debe realizar pero no tiene la condición física para ejecutarlo de modo eficaz por 90’, o incluso otro jugador puede comprender bien y puede ejecutarlo pero necesita de “mucho tiempo” para tomar decisiones y esto hace que el juego colectivo sea lento y fácil de contrarrestar transformado una acción táctica colectiva en ineficaz. Se comprende claramente que cada uno de estos jugadores “necesita” de un abordaje de entrenamiento diferente en las sesiones de entrenamiento. El hecho de monitorear el trabajo desarrollado en las sesiones de entrenamiento a través de las distancias recorridas nos permite no solo saber cuanto podemos “cargar” o agregar trabajo complementario sino fundamentalmente evitar excesos de trabajo. En el caso que el “total o quantum” del día no se alcanzara a través del trabajo táctico nos ofrece la posibilidad de saber con precisión “cuanto” trabajo complementario puede realizar para resolver los aspectos individuales que requieren atención.

    Para comprender este razonamiento se necesita tener en claro que el contexto actual del futbol moderno (tantos partidos, reducción de tiempos biológicos de recuperación y sobrecompensación, reducción de tiempos de entrenamiento, etc.), no nos queda otra alternativa que entrenar las capacidades y cualidades que impactan de modo directo sobre el rendimiento, no tenemos “tiempo” para hacer trabajos generales e inespecíficos que no impactan en absoluto el rendimiento competitivo. Esto nos lleva a ser muy selectivos y reducir el universo de ejercitaciones, medios y formas de entrenamiento hacia aquellas que son de intensidad alta. Cuando hablo de intensidad alta debo aclarar que ya debemos desprendernos de las consideraciones pseudo científicas que nos han llevado a cometer tantos errores en el pasado, lo que representa un desafío a la motricidad del futbolista es únicamente el trabajo realizado a alta intensidad, y cuando me refiero a intensidad no me refiero solamente a trabajo mecánico, sino a todas sus posibilidades en el ámbito de la psicomotricidad. La dificultad de interpretar una situación de juego a través de la percepción y la atención selectiva, la potencia mecánica de las acciones motrices a desarrollar, la necesidad de coordinar movimientos complejos (correr, fintas, cambios de dirección, etc.) en espacios reducidos y en el menor tiempo posible, tomar decisiones tácticas en fracciones de segundo, ejecutar con rapidez acciones de alta complejidad técnica (pases largos con precisión, dribbling, patear al arco, etc.), todo esto son indicadores de intensidad y son las acciones que a nivel cualitativo presentan gran dificultad y que el entrenamiento debe hacer que el jugador responda con eficacia y eficiencia.

    Correr 8, 10 o 12 Km/h no tiene ningún significado si no se toma en cuenta los otros procesos que están involucrados, pero existe aun hoy en el 2012 una enorme cantidad de preparadores físicos que piensan que “entrenar especifico” es hacer fracciones de 200 metros lineales a una intensidad que según la frecuencia cardiaca es especifica de la competición. El error, el tremendo error es hacer un análisis solamente de los aspectos de la motricidad que se vinculan a lo físico, a lo que se observa, a lo se puede cuantificar según parámetros mecánicos, pero la clave esta en analizar y considerar “todo”, y cuando digo todo me refiero a los procesos perceptivos, los procesos de toma de decisiones, los procesos de programación y ejecución de movimientos entre otros.

    Estoy convencido que en el futbol, como en casi todas las disciplinas deportivas, se necesita entrenar solamente lo que mejora el resultado en competencia 8la excepción a esta regla es todo lo referido a la pre habilitación y rehabilitación de lesiones), pero hoy en nuestro tiempo con la cantidad de partidos que debemos afrontar por temporada, la necesidad de trabajar mas lo técnico táctico, la cantidad de viajes y otras variables nos condicionan de modo que debemos entrenar solo aquellos factores que directamente influyen sobre un mejoramiento del rendimiento en competencia, no podemos permitirnos de abordar cualidades o factores que de modo muy indirecto y relativo pueden influir sobre el rendimiento, ni siquiera tenemos los recursos psicofísicos para poder realizarlo.

    Partiendo de este concepto, no pienso que sea necesario entrenar todo lo que “no” representa un desafío que obligue a movilizar los recursos psicomotrices en todas sus formas (perceptivo, decisionales, coordinativos, físico, etc.). Ciertamente que esta perspectiva de abordaje implica un trabajo mas complejo para realizar por el preparador físico, que no se reduce solamente a proponer trabajos físicos “a seco” del tipo tradicional, sino que se plantea la necesidad de ser en grado de “dosificar” de otro tipo de ejercitaciones como pueden ser las ejercitaciones técnicas, ejercicios que estimulan los procesos de toma de decisiones, los procesos de percepción, de atención selectiva, etc, etc.

    Para poder implementar este tipo de propuesta se necesita de un control muy preciso que nos permita determinar lo siguiente:

  • El tipo de trabajo que debo realizar.

  • “Cuanto” trabajo se puede hacer.

  • En que día trabajar cada aspecto.

  • En que momento de la sesión.

  • Proporción de trabajo de diferente orientación (a seco, con gesto técnico, con componente perceptivo, con procesos decisionales, etc.).

  • Como relacionar el trabajo “atlético” a los módulos tácticos o principios de juego que el DT propone.

  • Medidas complementarias de recuperación post entrenamiento.

    Sin dudas que desarrollar y proponer programas de entrenamiento de estas características implica un intenso trabajo en equipo por parte de todo el staff y un estudio profundo de los puntos débiles de cada jugador del plantel en las diferentes áreas de la psicomotricidad. En los primeros meses intentamos implementar esta tipo de trabajo invertíamos 3 y 4 horas para programar una “sesión complementaria” de 30’ para un plantel de 18 jugadores, ciertamente, progresando con la experiencia si desarrollan nuevas estrategias que permiten reducir considerablemente los tiempos de programación.

    Relevando los datos de la distancia recorrida en miles de sesiones de entrenamiento, hemos encontrado muchos puntos interesantes, que en un primer momento no estuvimos en grado de profundizar con rigor científico, como por ejemplo:

  • la relación entre índice glucémico y el rendimiento.

  • monitoreo de “Markers” bioquímicos e inmunitarios.

  • control de la recuperación a través del CMJ previo al entrenamiento.

    Algunos puntos para reflexionar:

  • Se han realizado tantos cálculos para comprender o medir el gasto energético de un partido de futbol sobre la base de las acciones motoras realizadas, pero sin considerar que existe otro órgano que es el SNC que consume mucha energía (puede ser hasta el 20% o incluso mas). Sobre la base de este aspecto se han hecho pocas investigaciones y no se toman en consideración estos datos que son muy importantes para la programación del entrenamiento.

  • La influencia del SNC, a través del eje hipotálamo – hipófisis – corteza adrenal sobre las respuestas emotivas de las deferentes situaciones de juego (todos sabemos desde la experiencia como los equipos que luchan por salvarse del descenso tienen mas lesiones y tiempo mas largos de recuperación, seguramente por el factor del stress en entrenamiento, en competencia y sobre todo en la vida cotidiana).

  • Como se modifica el umbral de catecolaminas según el origen del stress y si entidad (stress normal, ansia pre partido, cambio de modulo táctico, viajes, etc.) o stress sobre el normal (riesgo de retroceder, final de play out, problemas de renovar contrato, cambio di DT, etc.).

    Sin dudas que este no es el momento ni yo soy el indicado para desarrollar estos puntos, pero seguramente debemos reflexionar como durante décadas hemos trabajado prestando atención siempre a algunos pocos aspectos que nos son suficientes para explicar el rendimiento y mucho pero aun hemos perdido la oportunidad de intervenir sobre los otros aspectos que merecen como mínimo la misma atención y sobre todo permiten un desarrollo mas completo del jugador de futbol.

De la teoría al campo

    Cada día que nosotros trabajamos como preparador físico, estamos en la búsqueda continua de métodos mas eficaces que nos permitan desarrollar jugadores mejor preparados, cuando me refiero a jugadores mejor preparados hago referencia a una preparación optima integral y no como ocurre aun en la actualidad considerar en “buena condición” sobre la base de aspectos físicos como rapidez, resistencia y otros modos de expresión que han constituido el lenguaje que explicaba el rendimiento en competencia, debemos cambiar de paradigma de modo de lograr tener una visión totalizadora.

    Si partimos de una revisión de conceptos que son ampliamente conocidos, a través de diversos protocolos, se dispone de abundante información sobre la distancia total recorrida o sobre las diferentes velocidades de desplazamiento en competencia sin embargo debemos estar atentos a no cometer errores de interpretación de estos datos aislados. Se han cometido grandes errores de interpretación de esta información dejando de lado en segundo plano aspectos como las variaciones de velocidad en tiempo reducido y los cambios de dirección por citar solo algunos. En cada caso, resulta claro que el futbol es un deporte que requiere de esfuerzos cortos repetidos con una alternancia notable de acciones motrices (correr hacia adelante, hacia atrás, lateral, saltar, acelerar, desacelerar, cambios de dirección de diferente angulación, etc, etc.). Resulta claro que todo el trabajo realizado a intensidad baja (intensidad como ya explicamos, en todo sentido y no solo mecánico), no representan un “problema” por lo tanto no provocan una movilización profunda de los recursos funcionales y por ende no provocan respuestas adaptativas.

    Cuando se habla de intensidad, como la tasa de gasto energético en unidad de tiempo no podemos limitarnos a cuanto gasta el musculo como un órgano efector, como ya explicamos, sino que irremediablemente debemos considerar “todo” el sistema futbolista, esto implica comprender el nivel de solicitación de todas las áreas involucradas en cada acción de juego como los procesos perceptivos (visual, auditivo, táctil, cenestésico, etc.), procesos decisionales (que se hace, cuando se hace y como se hace) y por ultimo la ejecución (coordinación, parámetros de caga externa como frecuencia cardiaca, acido láctico, potencia en watt, etc.).

    Si no realizamos esto, permanecemos anclados en el dualismo cartesiano de físico – cerebro de tantos siglos atrás. Una acción motriz tiene una vía aferente (senso-perceptiva), un proceso de decisión, una programación de movimientos a realizar, una ejecución y una última parte que es la evaluación de la eficacia del movimiento realizado. Analizar solamente ejecución es reductivo y absolutamente erróneo si pretendemos llegar a conclusiones validas que nos permitan desarrollar estrategias de entrenamiento mas eficaces.

Referencias sobre la distancia recorrida en competencia y diferentes enfoques de la preparación física

    A partir de la década del 70 cuando Reilly y Thomas hicieron las primeras mediciones de la distancia recorrida por un jugador de futbol en competencia, este dato ha despertado enorme interés como un criterio de cantidad, pero al mismo tiempo este dato interpretado de modo equivoco ha llevado a proponer modelos de entrenamientos no del todo adecuados. Durante la década del 70 sin dudas que esto ocurrió también por la fuerte influencia de movimiento aeróbico die Kenneth Cooper que impacto toda la visión del ejercicio físico en el mundo, se llego a propuestas de entrenamiento que se fundamentaban casi exclusivamente sobre la resistencia aeróbica.

    Fue hasta los anos 80, cuando Carmelo Bosco introdujo algunos criterios de intensidad creando una nueva “trampa” que hacia foco sobre todo lo vinculado a la potencia alactacida, era como una contraposición, se pasaba de hacer solo carreras largas que caracterizaban el periodo precedente a hacer solo trabajos de cuestas, sprint, polimetría y demás que era lo nuevo o moderno.

    En los anos 90 se continuo con esta visión del entrenamiento con pequeños cambios a nivel programático peor no en la composición de los estímulos, esta forma de trabajo comenzó a evidenciar algunos interrogantes por el surgir de lesiones de entidad que en periodos precedentes se manifestaban en porcentajes notablemente inferiores (pubalgia, ligamentos cruzados por citar algunas emblemáticas) que impactaban mucho en el potencial del equipo.

    Cuando se reflexiona sobre las distancias recorrida en competencia, es necesario tomar muy en cuenta la situación o el campeonato donde se han relevado los datos ya que esto permite hacer una interpretación mas clara. Se no se toma en consideración esta diferencia sustancial, carece absolutamente de validez porque el riesgo de cometer errores es muy alto. Por ejemplo, es muy diferente analizar 12500 metros recorridos por un centrocampista en la Premier de Inglaterra, que es un campeonato donde se tiende a verticalizar el juego que en al serie A de Italia donde por largos periodos del partido se juega en 35 0 40 metros ya que los equipos son muy disciplinados tácticamente a no conceder espacios al adversario. El dato absoluto son 12500 metros recorridos pero el perfil de esfuerzo es muy diferente. A modo de provocación planteo una situación absurda que nos ayudara a comprender mi razonamiento: no es lo mismo correr 12500 en el parque que cubrir la misma distancia en el jardín de casa. Esto nos lleva a identificar un concepto muy importante para hacer la justa interpretación de las distancias que se cubren en competencia que es el “espacio de juego” que es un “espacio parcial”, esto es el espacio donde se desarrollan las acciones tanto a nivel individual como a nivel colectivo. En síntesis tenemos un “espacio total” que es el espacio reglamentario (100 x 70 metros) y tenemos un “espacio de juego” que es una parte de ese espacio total que es determinado por un sinnúmero de variables (sistema de juego, tácticas, estratégicas, etc.). Es evidente que estos conceptos no pueden ser ajenos a nosotros que como preparadores físicos debemos adaptar todo un proceso de entrenamiento que debe no solo considerar estos aspectos sino utilizarlos como un medio mas para enriquecer los estímulos. Un ejemplo de como aprovechar este concepto de “espacio de juego” es hacer que el trabajo físico y técnica individual que debe realizar cada jugador se realice en el “espacio de juego” donde desarrolla su rol táctico, esto indudablemente permite reforzar el aspecto perceptivo y los cálculos de trayectoria y de dosificación de fuerza para los pases, recepción, intercepciones, etc.

    Algunos valores promedios de la distancia recorrida por cada rol en competencias actuales (2006 – 2011):

  • Defensor central: 12250 +/- 490 m

  • Defensor lateral: 13500 +/- 950 m

  • Centrocampista central: 14600 +/- 1200 m

  • Centrocampista externo: 14200 +/- 1400 m

  • Delantero: 12100 +/- 850 m

 Valores de distancias cubiertas por jugadores que participaron en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010

    Se debe considerar que los valores de las distancias medias cubiertas en la Copa Mundo son ligeramente por debajo de la media de campeonatos internacionales de club (Champions League, Mundial de Clubes, etc.) como consecuencia del alto nivel de organización táctica de los equipos. Analizando las distancias se nota claramente como el “espacio de juego” se reduce notablemente, esto significa que se modifica no solo la cantidad final de metros recorridos sino fundamentalmente se modifica el tipo de esfuerzo y por ende el tipo de fatiga que genera.

Relación de acciones de alta intensidad por minuto

    Esta información nos permite de establecer una relación entre trabajo y recuperación de cada rol y de este modo se puede aprovechar esta información para adecuar la relación de trabajo – recuperación en el entrenamiento que a través de una progresión podemos reproducir lo que ocurre en situación de competencia.

  • Defensor central: 1.83 acciones por minuto (33” es el tiempo medio de recuperación).

  • Defensor lateral: 2 acciones por minuto (30” es el tiempo medio de recuperación).

  • Centrocampista central: 2.20 acciones por minuto (27” es el tiempo medio de recuperación).

  • Centrocampista externo: 2.11 acciones por minuto (28” es el tiempo medio de recuperación).

  • Centro delantero: 1.8 acciones al minuto (33” es el tiempo medio de recuperación).

    Otros puntos interesantes a observar con atención es que solamente el 20 % de la posesión de balón se hace a máxima velocidad de desplazamiento, a si mismo son muchos mas los desplazamientos que se hacen para recibir el balón que los de conducción del mismo, la relación es 2 a 1. También resulta interesante el hecho que los delanteros hacen un sprint cada 2 veces que reciben la pelota (cada 1’ 53” como media), los centrocampistas cada 3,5 veces (cada 2’ 23”) y los defensores cada 5 veces que reciben la pelota (cada 2’ 40”). Esto nos lleva a reflexionar que no se establece una relación diferente en cada rol entre los diferentes tipos de acciones motrices, sino que se debe considerar que según el desempeño en al relación con la pelota, esto plantea exigencias muy diferentes a nivel perceptivo, decisional y de ejecución. Solamente a través de un análisis que tome en consideración estas variables seremos en grado de proponer estímulos de entrenamiento que respondan a las necesidades de cada rol en todos los aspectos de la psicomotricidad.

Factores que influyen sobre la Técnica

 

Factores que influyen sobre los Procesos Perceptivos

 

Factores que influyen sobre los procesos de toma de decisiones

Como se implementa este sistema de preparación

Organización de la sesión

    El modo mas racional de organizar la sesión de entrenamiento es hacer como primera actividad (luego de la entrada en calor) el trabajo técnico táctico, una vez finalizado el mismo se procede a relevar las distancias recorridas por cada jugador mientras estos se hidratan y recuperan por un periodo de 15’ (esto reproduce el intervalo del partido). Una vez que se relevado y analizado la distancias recorridas de cada jugador se decide como se continua la sesión, que plantea 3 alternativas: 1) si se cubrió una distancia por debajo del parámetro que se considera “optimo” del día se debe agregar trabajo complementario, y los contenidos de las tareas a agregar dependen de las necesidades individuales y del día de la semana. Cada día de la semana en cada tipo de microciclo tienen valores de referencias de las distancias a recorrer (ver tablas por rol).

  • Un ejemplo: si un defensor lateral, un miércoles (partido Domingo) de un microciclo gradual 2, en el trabajo técnico táctico recorre 7200 metros en una sesión de 70’ significa que se encuentra 2400 por debajo de la distancia de la “zona optima” (9300 a 9900 metros). Vemos en la tabla correspondiente como en este rol se debe agregar por cada 140 metros “faltantes” una carga de trabajo equivalente a un puntaje de 2. Haciendo el calculo de dividir la distancia faltante 2400 / 140 = 17, esto significa que debemos agregar un trabajo equivalente a un puntaje total de 17.

    Ahora observando la tabla del rol con los diversos trabajos posibles se ve cómo podemos proponer 14 Navetta de 9” con 4 cambios de dirección de menos de 90°. Esto es tan solo un ejemplo que permite comprender la estructura de la sesión y como se propone el trabajo complementario utilizando las tablas de cada rol táctico. Esta claro que este ejemplo es solo un ejemplo, en la practica se toman en consideración todas las variables significativas de las necesidades de cada jugador, así por ejemplo en el caso de un jugador que regresa de una lesión de LCA puede ser mas lógico hacer trabajo en el gimnasio en vez de trabajo de campo, otro jugador puede necesitar mejorar su resistencia a la velocidad y obtendrá beneficios haciendo 21 veces 70 metros, etc, etc.

    Este sistema de proponer los estímulos de entrenamiento permite mantener todos los integrantes del plantel con la misma entidad de carga absoluta pero al mismo tiempo abordando las necesidades individuales de cada jugador.

    Al cabo de la parte de trabajo técnico táctico pueden suceder 3 opciones: 1) que la distancia recorrida sea menor a la considerada “optima” para el día de la semana y se procede como se explico en el ejemplo anterior; 2) que se haya cubierto la distancia “optima” y no se agrega ningún trabajo complementario y por ultimo, 3) si se cubrió mas distancia de la considerada “optima” se deben potenciar los procesos de recuperación, en este caso sirve articular una conjunto de estrategias como masajes, vasca de agua helada, snack post entrenamiento, e incluso puede ser necesario hacer controles el día posterior de modo de monitorear la recuperación y la capacidad de asimilar cargas de entrenamiento.

Defensor Lateral

 

Dinámica de las cargas de entrenamiento para un defensor lateral

 

Criterio para organizar las cargas de entrenamiento al interno de un Microciclo (partido Domingo)

 

Organización racional de las cargas en un microciclo (350’ a 450’ de tiempo de entrenamiento)

 

Características de como se organizan las actividades de las diversas áreas de la motricidad en el Microciclo

    Esta organización no solo nos permite abordar todos los diferentes aspectos de la preparación sino que además nos plantea un momento en el microciclo y un orden jerárquico de los contenidos de modo de permitir una evolución equilibrada y armónica del futbolista. Asimismo las cargas se plantean cuando hay una estado psicofísico óptimo para obtener el máximo provecho del entrenamiento. A partir de este concepto vemos como las ejercitaciones que requieren altos niveles de concentración, como la adquisición de nuevos modelos tácticos donde se requiere atención selectiva, toma de decisiones, sincronizar las acciones con compañeros a través de una intensa y clara comunicación, se realizan cuando hay un alta disponibilidad de energía, y esto ocurre no antes de 72 horas luego del partido. A su vez el primer día de entrenamiento y el día anterior del partido donde se hace la puesta a punto corrección de detalles finales se debe buscar de reducir al mínimo el stress y la tensión nerviosa de modo de lograr un estado optimo para el partido. En el caos del primer día de entrenamiento luego del partido es útil cambiar el lugar de entrenamiento de modo de evitar periodistas, ofrecer nuevos estímulos y lograr trabajar en un clima sereno. Cuando se trata del día anterior del partido es conveniente hacer el entrenamiento en el campo donde se jugara el día siguiente, esto para adaptarse mejor a las referencias visuales, la iluminación, el vestuario, etc, etc.

    Es importante comprender como sobre la base del día de la semana hay contenidos mas o menos significativos y hasta en algunos casos se debe trabajar en un espacio especifico, sin embargo no solamente se debe adecuar los contenidos de entrenamiento o los espacios de trabajo sino que es muy importante discriminar como a cada día de la semana o mejor aun cada momento del microciclo le corresponde una estrategia de comunicación especial.

    El día anterior al partido no podremos intervenir sobre aspectos de la prestación realizando mas tareas de entrenamiento, pero sin dudas podemos intervenir con la comunicación adecuada a generar seguridad y autoconfianza tanto a nivel grupal como individual. Un debutante necesita un abordaje desde los comunicacional diferente de un jugador experto, un jugador de alto valor técnico que regresa de un largo periodo de rehabilitación requiere de una contención diferente de otro jugador que atraviesa su mejor estado de forma. Estos son solo ejemplos que nos deben hacer reflexionar sobre una gama más amplia de aspectos que podemos y debemos abordar y no continuar circunscriptos a este paradigma tradicional y erróneo de lo físico, lo técnico y lo táctico.

Observaciones

    Este artículo informal es como si estuviéramos participando en una charla entre colegas amigos, me permito de compartir otros puntos interesantes que he encontrado durante la experiencia de trabajo, observación y estudio de los problemas que afrontamos en nuestra practica profesional.

  • Utilización del CMJ previo al entrenamiento como criterio de individualización de las posibilidades de asimilar cargas de entrenamiento importantes (zona azul, violeta y roja).

  • Utilización de la metodología FMS y SFMA (Functional Movement Screen) como diagnostico funcional para programar de modo individual el trabajo de pre habilitación y prevención de lesiones.

  • Intensa interacción entre todos los integrantes del staff sanitario, atlético, técnico a través de nuevos criterios de interacción.

  • Umbral de minutos máximos para cada rol y criterios de turnover sobre la base de información objetiva.

    Sin dudas este articulo es una síntesis de experiencias y reflexiones sobre la utilización de equipos GPS en la preparación del futbol de alto nivel, espero que el hecho de ofrecer mis reflexiones, mis experiencias y sobre todo algunos puntos sobre los cuales es necesario profundizar con ulteriores estudios e investigaciones.

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 167 | Buenos Aires, Abril de 2012
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